Esa es una excelente pregunta, y merece más que una respuesta rápida de Quora.
Todos tendemos a simpatizar con los desvalidos. Desde David y Goliat hasta Luke Skywalker contra la Estrella de la Muerte, hasta Erin Brockovich contra PG&E, hasta Costa Rica en la Copa Mundial de la FIFA, la narrativa emocional apela profundamente a nuestra sensación de que ningún poder es demasiado grande para derrocar, y ningún desafío es demasiado grande para conquistar. Cuando somos neutrales en una disputa, es probable que apoyemos a los desvalidos por su valentía y valentía manifiestas.
Ese instinto es comprensible, pero es puramente emocional. No hay razón para creer que el desvalido tenga razón y que deba ganar un conflicto. Los periodistas realmente deberían probar objetivamente dos posiciones opuestas contra principios legales o morales básicos, en lugar de saltar a conclusiones arrogantes basadas en la emoción y el sensacionalismo.
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No hay nada en ser el desvalido que justificó a David en su lucha contra Goliat. Se podría argumentar que Goliat simplemente estaba defendiendo a su pueblo contra un agresor invasor que llegó a su puerta reclamando un derecho divino a un pedazo de tierra.
Del mismo modo, en el conflicto palestino de hoy, cada lado opuesto intenta arrojarse como desvalido. Los palestinos a la superioridad militar de Israel, e Israel a los números abrumadores por los que está rodeado. Sin embargo, ninguna de esas observaciones nos da una base para elegir un bando, y los periodistas hacen un mal servicio a sus lectores al no interrogar nuestras respuestas emotivas.
Puede que no siempre sea tan fácil separar lo correcto de lo incorrecto como separar a los débiles de los fuertes, pero los periodistas tienen el deber de intentarlo.